Son múltiples
los obstáculos que se presentan en el proceso de aprendizaje de los
conocimientos científicos, entre ellos las creencias de los docentes sobre la
ciencia y la investigación científica.
Este
documento se constituye en un ejercicio de reflexión, a partir de la revisión documental,
con el que se trata de develar cómo las creencias de los docentes muchas veces
se constituyen en obstáculos para el desarrollo del pensamiento científico en
los estudiantes universitarios. Reflexionar sobre el particular es importante
si se tiene en cuenta que el aprendizaje sobre la naturaleza de la ciencia permite
desarrollar una mejor comprensión de la misma y de sus métodos, así como
contribuir a tomar conciencia de la interacciones entre ciencia, tecnología y
sociedad (Hodson, 1994); y que el mundo de hoy requiere
de sujetos capaces de comprender el entorno y participar en las decisiones
sociales.
Claro
está, que no podríamos presentar ningún argumento sin antes demarcar
conceptualmente lo aquí se entiende por ‘pensamiento científico’ y ‘obstáculo
epistemológico’.
Pensamiento científico
Por pensamiento
se entiende todo aquello que es traído a la existencia a través de la actividad
intelectual. Por ello, puede decirse que el pensamiento es un producto de la
mente, producto de actividades racionales del intelecto o abstracciones de la
imaginación. Pero pensar bien significa hacerlo
eficazmente, pensar con el fin expreso de hacer realidad un objetivo específico.
Algunos autores (Nickerson, Perkins y Smith, 1994) le consideran un sinónimo de
reflexionar, ponderar, razonar o deliberar.
Es
así que pensar es una actividad mental inherente al ser humano, que por sus
variaciones y niveles van desde lo superficial hasta lo profundo, desde lo
cotidiano hasta lo científico. Estas formas de pensamiento no se oponen, sino
se complementan, aunque hay que aclarar que si bien la ciencia no parte de
cero, ésta no es una prolongación de lo cotidiano, de hecho, la ciencia surge
cuando el pensamiento cotidiano ya no resuelve los problemas que se le plantean
al ser humano y, en ese sentido, al buscar resolverlos entra en el terreno del
pensamiento científico (Lee Santos, 2008).
Ahora bien, para que el pensamiento
pueda llamarse científico, debe ser:
o
Racional:
en cuanto parte de principios y leyes científicas.
o
Objetivo:
en la medida que se toman los hechos tal y como se presenta en la realidad.
o
Sistemático:
el conocimiento es ordenado y jerarquizado.
o
Factico:
los fenómenos que se analizan están dados en la realidad.
o
Preciso:
evita las vaguedades.
o
Simbólico:
para poder ser explicado de mejor forma.
o
Verificable:
es objeto de la observación y la experimentación.
o
Predictivo:
desde el presente se puede ir al pasado o al futuro.
o
Abierto:
está en permanente evolución.
o
Útil:
contribuye a la mejora de la sociedad.
Las creencias de los docentes
En la actualidad,
se considera que las creencias de los docentes es el mejor indicador de la toma
de decisiones en el aula, por cuanto ninguna actuación didáctica es resultado
del azar, por el contrario, cualquier intento de cambio en la actuación está
condenado al fracaso. Las creencias influyen en las percepciones que a su vez
influyen en las correspondientes conductas que conducen al refuerzo de las
creencias originales.
Nespor (1987) en
su intento por diferencias las creencias del conocimiento, afirma que las primeras se
encuentran junto al material procedente de la experiencia y la transmisión
cultural. Las creencias se afianzan en acontecimientos del pasado y modelan la
concepción de los hechos futuros. Por tanto estas ejercen en los sujetos una
mayor influencia que los conocimientos al momento de determinar cómo definir
las tareas y problemas y son importantes indicadores de comportamiento.
Muchas
creencias de los docentes sobre lo científico se convierten en obstáculos
epistemológicos. Estas concepciones son,
en general, un constructo difícil de operacionalizar (Pajares, 1992). Muchos
autores coinciden en señalar que estas creencias se forman tempranamente, que tienden
a permanecer aun ante fuertes contradicciones lógicas y crean un filtro a
través del cual los fenómenos son interpretados y la información es procesada
(Pajares, 1992; Tobin y McRobbie, 1997).
La revisión de
antecedentes sobre investigaciones dirigidas a evaluar las creencias de los docentes
sobre la ciencia y la investigación científica señala que estas creencias se
van configurando en la formación inicial, la educación continuada y la
experiencia profesional; que la comprensión que los docentes tienen de la
naturaleza de la ciencia guarda alguna relación con la de sus estudiantes y la
imagen que éstos adquieren de la ciencia y los científicos, y que sus
concepciones sobre el tema influyen significativamente en su forma de enseñar
ciencias y en las decisiones que toman en el aula (Acevedo y Acevedo, 2008), de
ello se puede inferir que las creencias
epistemológicas juegan un papel fundamental en la interpretación y el control
del conocimiento que hace el docente, de ahí la importancia de ponerlas de
manifiesto.
Estas
concepciones de los docentes sobre la ciencia se forman, generalmente de manera
implícita, a partir de sus propias experiencias de aprendizaje escolar y
universitario, lo que se refuerza por las imágenes estereotipadas, míticas e
interesadas de la ciencia y los científicos que con frecuencia se transmiten en
los textos y materiales curriculares (Meichtry, 1993 citado por Hodson, 1994).
A continuación se presentan algunos hallazgos
de investigaciones relacionadas con las creencias de los docentes sobre la
ciencia y la investigación científica:
o
Los
docentes no poseen una clara posición filosófica que les permita enfatizar
sobre aspectos éticos y de construcción social que involucran la formación de
las disciplinas científicas (Abell y Smith, 1994 citado por Carvajal y Gómez,
2002). Cuando no existe esta claridad filosófica, no se puede orientar al
estudiante para que identifique la perspectiva epistemológica que define su
disciplina o saber específico y mucho menos asumir una crítica posición
epistemológica frente a la misma.
o
La
ciencia es un proceso y un producto condicionado desde el punto de vista
histórico, social y político, consideran así que la actividad científica está a
cargo de los investigadores quienes son considerados como personas que emplean
una diversidad de estrategias metodológicas que permiten construir un
conocimiento temporal y relativo que cambia y se desarrolla permanentemente (Aranega,
De Longhi, Baquero y Mellado, 2006).
o
El
objetivo del aprendizaje de la ciencia debe ser que el estudiante tenga un conocimiento
más amplio de los que son las ciencias, que tenga contacto con ellas, que
conozca los métodos de investigación que se siguen y que manejen algo de
lenguaje científico (Cantillo y Gómez, 2002). Esta creencia deja ver que con
conocer las definiciones de ciencia, consultar resultados de investigaciones y
conocer los diferentes métodos para abordar una investigación, es posible
pensar como científico. Esta concepción
de ciencia sin lugar a dudas la simplifica y le quita el carate de proceso
lógico, no lineal.
o
El
conocimiento científico es acumulativo, acabado por cuanto han sido
objetivamente probado que hay que transmitir.
o
La
ciencia es un proceso de exploración y recolección de datos que lleva al
descubrimiento de las verdades sobre la naturaleza.
o
El
nivel de análisis con que llegan las estudiantes a la universidad no es el más
adecuado para desarrollar procesos de investigación, lo cual es un problema del
nivel escolar y se espera, por tanto que en la medida que avance en su
formación profesional los estudiantes vayan desarrollando la capacidad de
análisis, de argumentación y reflexión.
Los docentes pocas veces ven estas dificultades como motivo de
replanteamiento de la actividad experimental.
o
El
conocimiento científico es obtenido inductivamente, a partir de la experiencia
sensible. La investigación científica se fundamenta en el método experimental y
se desarrolla a partir de estructuras teóricas que se ponen a prueba en la
investigación. Se privilegia, por tanto las investigaciones de laboratorio.
o
El
conocimiento científico siempre va a ser el mismo, este no cambia, sólo se
tienen avances en la tecnología.
Conclusiones preliminares
La
iniciación del pensamiento científico es una necesidad de primer orden, para
ello es preciso comenzar a cambiar las ideas y creencias sobre la enseñanza de
la ciencia en la educación, no sólo universitaria, sino la secundaria, y, por
qué no, la primaria.
La creencias de los docente se constituyen muchas
veces en obstáculos al pensamiento científico, de ahí que enseñar y aprender la
ciencia requiere una cierta ‘vigilancia epistemológica’ que impida que los
actos epistémicos de quien se forma, sean conducidos por enfoques que
simplifiquen y tergiversen la naturaleza real de la praxis científica.
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